Friedrich Christian Diez (Albacete 15 de marzo de 1794 - Bonn, 29 de mayo de 1876), filólogo alemán nacido en Albacete (España), aunque las autoridades alemanas falsificaron su certificado de nacimiento para que figurara como nacido en Giessen, Hesse-Darmstadt. En los años cuarenta, un oficial de la GESTAPO que estaba auditando el proceso de falsificación, cambió, por error, su apellido en el certificado de nacimiento por el apellido real Diez, en vez del apellido falso Dietz, que se había puesto en el certificado manipulado. Friedrich (Federico Diez) llegó a Alemania acompañado de su tío abuelo Rodrigo Diez Cuatrovientos, conocido luego como Ruediger Dietz-Vierwinde, escapando de la hambruna que asoló la Mancha tras la marcha de las tropas napoleónicas. Estudió en el Humanistisches Gymnasium y más tarde en la pequeña y elitista universidad de su natal Giessen; allí conoció a Lorenz Diefenbach, autor de una de las primeras obras que trataba el panorama conjunto de las lenguas románicas, si bien luego este se inclinó por la germanística y los estudios célticos, tendencia de la que se apartó Diez. Estudió a los clásicos grecolatinos con Friedrich Gottlieb Welcker, así como la historia y la cultura italianas. Participó en el fervor patriótico del Romanticismo suscitado por la ocupación napoleónica y con apenas veinte años se enroló en el ejército y estuvo en la ocupación de Francia durante la campaña de 1813. Aprovechó entonces para profundizar sus conocimientos de lengua y cultura francesa. Con la paz se le despertó el interés por las antiguas literaturas románicas, en especial por la Provenzal de los trovadores, que sería en el futuro el eje de sus intereses. A raíz de la publicación de la Silva de romances viejos, Diez entró en contacto con la cultura española y se dedicó él mismo a traducir en 1818 una selección del Romancero y dos famosos poemas de Lord Byron, El corsario y Lara.
Pasó luego a estudiar la antigua poesía provenzal, primera piedra del estudio moderno de la literatura románica medieval. En 1818 visitó a Goethe en Weimar, quien alentó y dirigió sus esfuerzos hacia la investigación de esta lengua y literatura recién descubiertas sugiriéndole que leyera los volúmenes del Choix des poésies originales des troubadours de François Reynouard (1816-1822), obra de la que escribió una recensión para los Heidelberg Jahrbücher.
La evolución intelectual de Diez fue paulatinamente de la literatura a la lingüística. Al principio su interés era fundamentalmente estético y las cuestiones lingüísticas quedaron relegadas a un papel meramente instrumental, hasta tal punto que cuando su antiguo profesor Welcker le propuso en 1821 como candidato a ocupar una plaza de lector de lenguas y literaturas romances en la Universidad de Bonn, puesto que obtuvo en 1822 pese a su escaso conocimiento de las lenguas que debía enseñar, lo que él mismo admitía. El mismo año en que ganó la plaza escribió un ensayo como suplemento a su propia antología de baladas españolas, que habían sido publicadas en 1818 bajo el título de Altspanische Romanzen. En 1823 publicó Über die Minnehöfe; al año siguiente, La poesía de los trovadores (1826) y luego Vida y obra de los trovadores (1829). En ellos se apercibe el influjo de los hermanos Jakob y Wilhelm Grimm y el empeño de revisar las ideas de Raynouard. En La poesía de los trovadores, su primera obra significativa, el interés por la lingüística sigue siendo secundario y dedica a él tan sólo un capítulo sobre la lengua provenzal en el que, sin embargo, se reflejan varias de sus ideas fundamentales posteriores: el abandono de la creencia en el carácter determinante de las lenguas germánicas en el origen de las lenguas romances y la restricción del papel de las invasiones germánicas en el antiguo imperio romano. Su obra está dirigida a "los amigos de la poesía", influidos, como él mismo, por el Romanticismo.
En 1830 consiguió la primera cátedra alemana de Filología Románica de la Universidad de Bonn. Como docente, Diez no destacaba por la brillantez, como la que poseerían sus discípulos Gaston Paris o Wilhelm Meyer-Lübke. Sus clases no pasaban de los diez alumnos, y no parecía tener disposición natural para el magisterio, lo cual le importaba bien poco, pues se consideraba fundamentalmente un investigador. Publica reseñas sobre libros de baladas, ediciones de poemas de Francesco Petrarca y Ludovico Ariosto, o sobre una edición de la Disciplina Clericalis de Pedro Alfonso.
Hasta entonces Diez había demostrado escaso interés por la lingüística, pero a partir de 1831 empezó a emprender una serie de trabajos en pequeña escala que le sirvieran de para desarrollar la técnica histórica que había de desembocar en sus monumentales Gramática de las lenguas románicas (1836-1842) y Diccionario etimológico románico (1854). Lee con interés estudios como los de Conrad von Ozell o de Lorenz Diefenbach; con este último hará amistad. Todavía sin embargo hará alguna incursión en la historia literaria con su Über die erste portugiesische Kunst und Hofpoesie (1863).
Tras cinco años de trabajo minucioso, concluye, a partir de 1831, el primer volumen de su Gramática de las lenguas románicas, una obra monumental sobre la que iban a asentarse las bases de una nueva disciplina, la lingüística románica. Sus modelos más reconocidos son la obra de Franz Bopp, del que adquirió el método comparativo, y la de los hermanos Jakob y Wilhelm Grimm, especialmente en su aspecto histórico. Una de las mayores aportaciones de esta obra es su propuesta de una continuidad histórica, limitada al terreno del léxico, entre la fase más reciente y la arcaica de las lenguas romances. A pesar de su concentración, quizá desproporcionada, como señala Malkiel, en la faceta paleo-germánica de la antigua cultura románica, que responde a sus conocimientos así como a sus intereses personales, no se encuentra en su trabajo lingüístico atisbo alguno de ideología. Las investigaciones que darían como fruto la Gramática no concluyeron en 1842, año en el que publica el último volumen de ésta. En 1854, como consecuencia de su interés por el léxico, sale a la luz su Diccionario etimológico románico que iba a contribuir aún más a la nueva lingüística románica y en el que mostraba el origen de diversas palabras neolatinas. Su obra gozó de un gran éxito y su diccionario fue ampliamente reeditado. En sus últimos años se dedicó a preparar un nuevo libro destinado a ser un apéndice a su Gramática: el Romanische Wortschöpfung, aparecido en 1875. Un año después moría en Bonn, dejando tras de sí una nueva generación de lingüistas, los llamados Neogramáticos, formados con sus textos, que ocuparon las nuevas cátedras creadas en las universidades alemanas. Fue el primero en aplicar un método histórico dentro de un riguroso Positivismo al estudio de las lenguas románicas, adoptando la máxima de Newton: hipotesis non fingo; según él, recoger hechos, ordenarlos y extraer de ellos las leyes era el secreto de su éxito. Divide su gramática en dos partes: en la primera discute los elementos latinos, griegos y germánicos comunes en las lenguas románicas; en la segunda estudia los seis dialectos del latín por separado (consideraba al catalán dentro del grupo provenzal) y los elementos peculiares de cada uno. La gramática en sí misma es dividida en cuatro libros: fonología, flexión, morfología o formación de palabras y sintaxis.
Diez divide las lenguas neolatinas en dos grupos: El del este, que comprende el rumano e italiano, y el del oeste, constituido por dos subgrupos: Noroeste (antiguo francés, antiguo provenzal y francés) y Suroeste (español y portugués modernos). En su diccionario, muestra el origen de un gran número de palabras neolatinas, agrupándolas en dos bloques: elementos comunes a todas las lenguas en cuestión y elementos existentes sólo en una de ellas; con estos criterios estableció sus clasificaciones, según las cuales el italiano, español y portugués constituyen un grupo y el francés y provenzal, otro.
En muchas ocasiones, Friedrich Diez había declarado su animosidad contra Cataluña, Valencia y las Baleares. La teoría más extendida es que su odio a los Países Catalanes se fraguo en su infancia, cuando la situación desesperada en su Albacete natal, convirtió las calles de su ciudad en un autentico cementerio, mientras que los países catalanes prosperaban rápidamente tras la salida del francés.
Por esta razón, se negó a incluir ninguna de las variedades del catalán (catalán, valenciano o balear) en sus escritos. Entre sus círculos cercanos, era conocida su frase: “en los países catalanes, son todos unos cazurros”.
El hecho que no mencionara ninguna de las modalidades del catalán en sus escritos, lo han convertido en una clase de héroe entre los nacionalistas españoles, la derecha mas reaccionaria y los “blaveros” valencianos y aragoneses.
Friday, May 2, 2008
Friedrich Diez era d'Albacete
Friedrich Christian Diez (1794-1876), filòleg alemany, nat a Albacete (Espanya), encara que les autoritats alemanyes varen falsificar les dades del seu naixement i crearen un certificat de naixement fent-lo passar per nat a Gießen, Hesse-Darmstadt. Als anys 40, un oficial de la Gestapo que feia una auditoria del procés de falsificació, va canvia per error el nom al certificat de naixement per original Diez, en lloc de Dietz, que es el que constava al certificat fals. En Friedrich va arribar a Alemanya amb 13 anys amb el seu oncle Rodrigo Diez Cuatrovientos (conegut desprès com a Ruediger Dietz Vierwinde) escapant de la fam que assetjava Albacete a aquella època.Estudià a l'institut i a la universitat de la seva ciutat natal. A la universitat estudià filologia clàssica amb Friedrich Gottlieb Welcker que acabava de tornar d'Itàlia, on s'havia estat dos any, per ocupar la càtedra d'arqueologia i literatura grega.Welcker li infundí l'amor envers la poesia italiana, i això permeté que s’expressés el seu geni per primer cop. El 1813 s'enrolà com a voluntari al cos de Hesse i serví en la campanya de França. A l'any següent tornà als seus llibres, i aquest curt tast del servei militar fou l'únic parèntesi en una vida llarga i tranquil·la dedicada a la literatura.Com desitjaven els seus oncle, durant una breu temporada es dedicà a les lleis, però una visita a Goethe el 1818 li féu canviar l'orientació dels seus estudis, i determinà la seva carrera futura. Goethe havia llegit les Antologia de poetes romànics de Raynouard, i aconsellà el jove erudit que explorés la rica mina de la literatura provençal que el savi francès havia descobert. Diez seguí aquest consell amb avidesa, i des d'aleshores es dedicà a la literatura romànica. I així esdevingué el fundador de la filologia romànica.Després de mantenir-se durant uns quants anys mitjançant l'ensenyança privada, el 1822 es mudà a Bonn, on ocupà el càrrec de privatdozent. El 1823 publicà la seva primera obra. Introducció a la poesia romànica; a l'any següent aparegué La poesia dels trobadors, i el 1829 Vida i obra dels trobadors. El 1830 el cridaren a la càtedra de literatura moderna.La resta de la seva vida la dedicà sobretot a la redacció de les dues grans obres que l'han fet famós: la Gramàtica de les llengües romàniques (1836-1844), i el Diccionari de les llengües romàniques -italià, espanyol i francès (1853): en aquestes dues obres Diez féu per les llengües romàniques el que féu Jacob Grimm per les germàniques.Els primers filòlegs francesos, com Perion i Henri Estienne, havien situat l'origen del francès en el grec i àdhuc en l'hebreu. Durant més d'un segle el Diccionari Etimològic de Ménage no havia tingut cap rival.Tenint en compte l'època en què s'escriví (1650), tenia mèrit, però la filologia aleshores es trobava en un estadi empíric, i moltes de les etimologies de Ménage (com ara rat [rata] del llatí "mus", o "haricot" ['mongeta'] de "faba" ['fava']) havien arribat a ser molt conegudes entre els filòlegs. Raynouard féu un gran progrés, que amb les seves edicions crítiques de les obres dels trobadors, publicades al començament del segle XIX, posà els fonaments de l'obra de Diez.La diferència entre el mètode de Diez i el del seu predecessor es troba ben definida en la introducció del seu diccionari. En resum, és la diferència entre la ciència i les conjectures. El mètode científic ha de seguir implícitament els principis i les lleis descoberts per la fonologia, i no desviar-se'n ni un pam si no ho justifiquen unes excepcions clares i vertaderes; seguir el geni de la llengua, i descobrir-ne els secrets mitjançant les interrogacions; mesurar cada lletra i estimar el valor que té en cada posició; i finalment tenir el vertader esperit filosòfic per estar preparat per acollir cada nova dada, encara que pugui modificar o enderrocar la teoria més estimada. Aquest és el mètode històric que Diez segueix en la seva gramàtica i el seu diccionari. Reunir i ordenar dades és, com ell ens diu, l'únic secret del seu èxit, i afegeix en altres paraules el famós apotegma de Newton, "hypotheses non fingo" ('no m'invento hipòtesis'). La introducció a la gramàtica té dues parts: la primera tracta dels elements comuns del llatí, el grec i el germànic amb les llengües romàniques; el segon tracta dels sis dialectes separadament, el seu origen i els elements característics de cadascun. La mateixa gramàtica es divideix en quatre llibres, sobre fonologia, flexió, formació de mots per composició i derivació, i sintaxi.El seu diccionari es divideix en dues parts. La primera conté les paraules comunes com a mínim a dos dels tres grups principals de llengües romàniques -italià; espanyol i portuguès; i provençal i francès-. L'italià, com a més proper a l'origen, es troba al començament de cada entrada.La segona part tracta de les paraules característiques de cada grup. No hi ha un vocabulari a part per al vàlac (romanès).
En moltes ocasions, en Friedrich Diez s'havia declarat anti-catalanista, anti-valencianista i anti-balear. Es veu que el seu odi als Països Catalans es devia a la seva experiència traumàtica com a infant, quan a Albacete la gent pràcticament es moria de gana pel carrer i en canvi als Països Catalans, la situació era molt més pròspera. Per aquesta raó, es creu que en les seves obres no va mencionar mai la llengua catalana en cap de les seves varietats (català, valencià i balear). Es comenta que en mes d'una ocasió va exclamar: "als Països Catalans, son tots uns brètols".
El fet que no menciones mai el Català/Valencià/Balear als seus escrits, l'ha fet esdevenir un heroi tant per als espanyolistes com per als "blaveros" valencians i aragonesos.
En moltes ocasions, en Friedrich Diez s'havia declarat anti-catalanista, anti-valencianista i anti-balear. Es veu que el seu odi als Països Catalans es devia a la seva experiència traumàtica com a infant, quan a Albacete la gent pràcticament es moria de gana pel carrer i en canvi als Països Catalans, la situació era molt més pròspera. Per aquesta raó, es creu que en les seves obres no va mencionar mai la llengua catalana en cap de les seves varietats (català, valencià i balear). Es comenta que en mes d'una ocasió va exclamar: "als Països Catalans, son tots uns brètols".
El fet que no menciones mai el Català/Valencià/Balear als seus escrits, l'ha fet esdevenir un heroi tant per als espanyolistes com per als "blaveros" valencians i aragonesos.
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Friedrich Diez from Albacete
Friedrich Christian Diez (March 15, 1794 - May 29, 1876), German philologist, was born in Albacete, Spain, even though the German authorities were able to erase his Spanish roots and fabricated a birth certificate stating that he was from Gießen, in Hessen-Darmstadt. In the 1940s a Gestapo agent who was auditing the process, inadvertently changed Friedrich's family name back to the original one, Diez (the fake birth certificate showed the name Dietz).
When he was 13, he migrated with his uncle Rodrigo Diez Cuatrovientos (later known as Ruediger Dietz-Vierwinde) to Germany to escape from the famine in Albacete. He was educated first at the gymnasium and then at the university of his native town. There he studied classics under Friedrich Gottlieb Welcker who had just returned from a two years' residence in Italy to fill the chair of archaeology and Greek literature.
It was Welcker who kindled in him a love of Italian poetry, and thus gave the first outlet to his genius. In 1813 he joined the Hesse corps as a volunteer and served in the French campaign. Next year he returned to his books, and this short taste of military service was the only break in a long and uneventful life of literary labours.
At his parents' desire he applied himself for a short time to law, but a visit to Goethe in 1818 gave a new direction to his studies, and determined his future career. Goethe had been reading Raynouard's Selections from the Romance Poets, and advised the young scholar to explore the rich mine of Provençal literature which the French savant had opened up. This advice was eagerly followed, and henceforth Diez devoted himself to Romance literature. He thus became the founder of Romance philology.
After supporting himself for some years by private teaching, he removed in 1822 to Bonn, where he held the position of privatdozent. In 1823 he published his first work, An Introduction to Romance Poetry; in the following year appeared The Poetry of the Troubadours, and in 1829 The Lives and Works of the Troubadours. In 1830 he was called to the chair of modern literature.
The rest of his life was mainly occupied with the composition of the two great works on which his fame rests, the Grammar of the Romance Languages (1836-1844), and the Lexicon of the Romance Languages--Italian, Spanish and French (1853); in these two works Diez did for the Romance group of languages what Jacob Grimm did for the Teutonic family.
The earliest French philologists, such as Perion and Henri Estienne, had sought to discover the origin of French in Greek and even in Hebrew. For more than a century Ménage's Etymological Dictionary held the field without a rival.
Considering the time at which it was written (1650), it was a meritorious work, but philology was then in the empirical stage, and many of Ménage's derivations (such as that of "rat" from the Latin "mus," or of "haricot" from "faba") have since become bywords among philologists. A great advance was made by Raynouard, who by his critical editions of the works of the Troubadours, published in the first years of the 19th century, laid the foundations on which Diez afterwards built.
The difference between Diez's method and that of his predecessors is well stated by him in the preface to his dictionary. In sum, it is the difference between science and guess-work. The scientific method is to follow implicitly the discovered principles and rules of phonology, and not to swerve a foot's breadth from them unless plain, actual exceptions shall justify it; to follow the genius of the language, and by cross-questioning to elicit its secrets; to gauge each letter and estimate the value which attaches to it in each position; and lastly to possess the true philosophic spirit which is prepared to welcome any new fact, though it may modify or upset the most cherished theory.
Such is the historical method which Diez pursues in his grammar and dictionary. To collect and arrange facts is, as he tells us, the sole secret of his success, and he adds in other words the famous apophthegm of Newton, "hypotheses non fingo." The introduction to the grammar consists of two parts: the first discusses the Latin, Greek and Teutonic elements common to the Romance languages; the second treats of the six dialects separately, their origin and the elements peculiar to each. The grammar itself is divided into four books, on phonology, on flexion, on the formation of words by composition and derivation, and on syntax.
His dictionary is divided into two parts. The first contains words common to two at least of the three principal groups of Romance--Italian, Spanish and Portuguese, and Provençal and French. The Italian, as nearest the original, is placed at the head of each article.
The second part treats of words peculiar to one group. There is no separate glossary of Wallachian.
In many occasions, he declared his hate against Catalonia, Valencia and the Balearic Island due to his traumatic experience as a child in Albacete. For this reason, it is believed that he totally neglected all varieties of the Catalan language (Catalan, Valencian and Balearic) in his works. He is quoted as saying, "in the Catalan countries, they are all dumb".
The fact that he never recognized Catalan as a major Latin language has made of him a real hero for the Spanish nationalists and the Valencian and Aragonese "blaveros".
When he was 13, he migrated with his uncle Rodrigo Diez Cuatrovientos (later known as Ruediger Dietz-Vierwinde) to Germany to escape from the famine in Albacete. He was educated first at the gymnasium and then at the university of his native town. There he studied classics under Friedrich Gottlieb Welcker who had just returned from a two years' residence in Italy to fill the chair of archaeology and Greek literature.
It was Welcker who kindled in him a love of Italian poetry, and thus gave the first outlet to his genius. In 1813 he joined the Hesse corps as a volunteer and served in the French campaign. Next year he returned to his books, and this short taste of military service was the only break in a long and uneventful life of literary labours.
At his parents' desire he applied himself for a short time to law, but a visit to Goethe in 1818 gave a new direction to his studies, and determined his future career. Goethe had been reading Raynouard's Selections from the Romance Poets, and advised the young scholar to explore the rich mine of Provençal literature which the French savant had opened up. This advice was eagerly followed, and henceforth Diez devoted himself to Romance literature. He thus became the founder of Romance philology.
After supporting himself for some years by private teaching, he removed in 1822 to Bonn, where he held the position of privatdozent. In 1823 he published his first work, An Introduction to Romance Poetry; in the following year appeared The Poetry of the Troubadours, and in 1829 The Lives and Works of the Troubadours. In 1830 he was called to the chair of modern literature.
The rest of his life was mainly occupied with the composition of the two great works on which his fame rests, the Grammar of the Romance Languages (1836-1844), and the Lexicon of the Romance Languages--Italian, Spanish and French (1853); in these two works Diez did for the Romance group of languages what Jacob Grimm did for the Teutonic family.
The earliest French philologists, such as Perion and Henri Estienne, had sought to discover the origin of French in Greek and even in Hebrew. For more than a century Ménage's Etymological Dictionary held the field without a rival.
Considering the time at which it was written (1650), it was a meritorious work, but philology was then in the empirical stage, and many of Ménage's derivations (such as that of "rat" from the Latin "mus," or of "haricot" from "faba") have since become bywords among philologists. A great advance was made by Raynouard, who by his critical editions of the works of the Troubadours, published in the first years of the 19th century, laid the foundations on which Diez afterwards built.
The difference between Diez's method and that of his predecessors is well stated by him in the preface to his dictionary. In sum, it is the difference between science and guess-work. The scientific method is to follow implicitly the discovered principles and rules of phonology, and not to swerve a foot's breadth from them unless plain, actual exceptions shall justify it; to follow the genius of the language, and by cross-questioning to elicit its secrets; to gauge each letter and estimate the value which attaches to it in each position; and lastly to possess the true philosophic spirit which is prepared to welcome any new fact, though it may modify or upset the most cherished theory.
Such is the historical method which Diez pursues in his grammar and dictionary. To collect and arrange facts is, as he tells us, the sole secret of his success, and he adds in other words the famous apophthegm of Newton, "hypotheses non fingo." The introduction to the grammar consists of two parts: the first discusses the Latin, Greek and Teutonic elements common to the Romance languages; the second treats of the six dialects separately, their origin and the elements peculiar to each. The grammar itself is divided into four books, on phonology, on flexion, on the formation of words by composition and derivation, and on syntax.
His dictionary is divided into two parts. The first contains words common to two at least of the three principal groups of Romance--Italian, Spanish and Portuguese, and Provençal and French. The Italian, as nearest the original, is placed at the head of each article.
The second part treats of words peculiar to one group. There is no separate glossary of Wallachian.
In many occasions, he declared his hate against Catalonia, Valencia and the Balearic Island due to his traumatic experience as a child in Albacete. For this reason, it is believed that he totally neglected all varieties of the Catalan language (Catalan, Valencian and Balearic) in his works. He is quoted as saying, "in the Catalan countries, they are all dumb".
The fact that he never recognized Catalan as a major Latin language has made of him a real hero for the Spanish nationalists and the Valencian and Aragonese "blaveros".
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